
El desarrollo de cavernas en el interior de los frutos es el síntoma más frecuente de toxicidad por dióxido de carbono (CO
2). Este daño está asociado con el almacenamiento en atmósferas controladas pero también puede manifestarse en frío convencional cuando los frutos se encuentran embalados con bolsas y el enfriamiento no fue el adecuado.
Esta temporada presentó algunas características atípicas que favorecieron la mayor susceptibilidad de los frutos al desarrollo de este desorden.
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