El agua se ha transformado en un bien escaso y por lo tanto estratégico para la Humanidad, que está presente en la agenda política de todos los países, orientando las decisiones geoestratégicas. El pasado 22 de marzo se celebró el Día Mundial del Agua y el próximo lunes se conmemora su Día Nacional en la Argentina. Desde el INTA Alto Valle sumamos algunas reflexiones que tienen que ver con el agua de riego y la importancia clave de su buen uso en la región.
Sólo el 3% del agua en el mundo es dulce y aproximadamente un 70 por ciento se utiliza para la agricultura bajo riego. Según algunas proyecciones, la mitad de la población mundial no podrá disponer satisfactoriamente de este recurso para el año 2050, por lo cual la agricultura enfrenta serios desafíos: competir por los recursos hídricos escasos, adaptarse a la modificación de pautas de la demanda de alimentos, combatir la inseguridad alimentaria y la pobreza. En este contexto, el rol de la Argentina y, en particular, del Alto Valle de Río Negro y Neuquén no es menor.
El Alto Valle de Río Negro y Neuquén, que durante mucho tiempo fue un ecosistema natural árido, se convirtió hace cien años en territorio agrícola a través del agua, por la intervención de la mano del hombre. La construcción de un sistema de riego - la infraestructura más grande con la que cuenta nuestro territorio en la actualidad- generó un impacto verdaderamente transcendental, al permitir que la zona se transformara en una de las principales productoras de fruta fresca del país, en especial manzanas y peras, con volúmenes cercanos a las 1.600.000 toneladas por año, lo que representa un 85% de la producción total de fruta de pepita de la Argentina.
El sistema de riego está conformado por una red de canales de casi dos mil kilómetros de extensión y diques que han evitado inundaciones y escasez de agua. Aun así, la superficie bajo riego sólo representa el 0,6% de la provincia de Río Negro y la mitad de ella (0,3%) corresponde al Alto Valle irrigado.
Hoy, esa infraestructura se encuentra ante un fuerte proceso de deterioro y grandes problemas en su funcionamiento debido a bajas inversiones, ausencia o insuficiencia de drenaje, ineficiencias de conducción en la red de distribución y estado deficitario de algunos canales comuneros. Según un informe del Banco Mundial, ya en 2004 se perdía casi la mitad del caudal derivado por el Canal Principal en los diferentes componentes de la red.
A estos problemas se agregan, por un lado, las dificultades en la gestión del agua por parte de los Consorcios que administran el recurso en cada zona y, por otro, el mal manejo del riego dentro de algunas chacras, muchas veces por escasa capacitación de los regantes sobre buenas prácticas o por falta de control de productores que ya no viven en sus establecimientos frutícolas.
Estudios realizados en el Alto Valle arrojan valores de eficiencia global del riego que van del 20 al 30, debido a problemas de diseño, mantenimiento y operación. La salinización del suelo y la elevación de la capa freática son algunas consecuencias directas de los inconvenientes mencionados.
Lo urbano también juega un papel relevante en el uso racional y eficiente del agua: la presencia de basura domiciliaria en los canales que obstruye compuertas y puentes, así como la aparición de nuevos barrios en medio de tierras productivas y las chacras abandonadas que se pierden del sistema, son expresión de ello.
Pero quizás el problema más significativo y difícil de abordar se refiera a la falta de valoración del agua de riego como un recurso escaso y estratégico para el desarrollo del territorio. Es que contar con agua en abundancia y a un bajo costo relativo pasó a ser un hecho tan cotidiano que no se piensa en otro escenario posible. Por ello, para avanzar se requiere un cambio cultural que no puede esperar. Es responsabilidad de estados nacionales, provinciales y municipales, así como de sus poblaciones, promover ese cambio y que la “cultura del agua” se incorpore al espíritu de nuestros tiempos y de los habitantes del Valle.
Disponer de tecnologías para hacer más eficiente el uso del recurso no es suficiente. Debe estar acompañado de políticas públicas e inversión en obras de infraestructura, nivelación y limpieza a nivel predial y extrapredial y, sobre todo, del cambio de actitud mencionado, tarea para la que se necesita el involucramiento y la intervención de los diferentes actores de nuestro territorio.
En este sentido, el INTA Alto Valle está implementando una Campaña de Sensibilización sobre Agua de Riego que comprenderá las localidades de General Roca, Cervantes, Mainqué e Ingeniero Huergo, a partir de la demanda concreta de un conjunto de productores preocupados por el uso y conservación del recurso. Desde la Agencia de Extensión Rural General Roca, a través de su Consejo Local Asesor, conformado por productores, y representantes de Consorcios, Cámaras y Municipios, se están planificando actividades en los ámbitos rural y urbano, con el fin de visibilizar la importancia del agua de riego como recurso estratégico, promover y capacitar sobre su buen uso y cuidado.
Con la consigna “Valoremos el agua de nuestro Valle”, el INTA invita a municipios, organizaciones y población en general a sumarse a la Campaña y a su primera acción urbana, que será la “Caminata del Agua”. La misma se llevará a cabo el sábado 29 de marzo a las 17 en el Canal Grande de General Roca, con el apoyo y participación del Municipio de esa ciudad.
El agua de riego ya está en nuestra agenda de prioridades. Sumemos voluntades para que se la reconozca como recurso estratégico en el desarrollo económico y social del territorio y ello se exprese en la toma de decisiones sobre el rumbo de nuestra región en el largo plazo.
Autor: Lic. Patricia Catoira. INTA Alto Valle
Bibliografía consultada
- Arienza Marisa, Carsen Andrés, Gómez Miguel, Marschoff Carlos. “Agua: Panorama General en Argentina”; Buenos Aires, 23 de noviembre de 2011.
- FAO. “Uso del agua en la agricultura”, Revista Enfoques, Noviembre 2005.
- Calí, María Julieta. “El rol del agua en la producción regional”, Revista FyD N° 63, INTA Alto Valle, 2010.
- Requena, Antonio. “Aportes para una mejor utilización del agua de riego”. Revista FyD N° 61, INTA Alto Valle, 2009.
- Peri, Graciela. “La agricultura irrigada en Río Negro y su contribución al desarrollo regional”. Banco Mundial, Buenos Aires, Diciembre 2004.
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