miércoles, 17 de julio de 2013

Requerimiento de frío invernal en frutales de hoja caduca


En el otoño, cuando las temperaturas comienzan a descender, los frutales de pepita y carozo de clima templado frío inician un proceso fisiológico que culmina con la endodormancia. Es en este periodo cuando las yemas acumulan las horas de frío necesarias para desencadenar el proceso de brotación en la primavera siguiente. Si no se cumple el requerimiento de frío algunos de los principales inconvenientes son el retraso en la brotación de yemas, un desarrollo foliar de dardos defectuosos y floración heterogénea. En la región se cumple normalmente con este requerimiento ecofisiológico. Una vez satisfechas las horas de frío las yemas deben sumar horas de calor (grados día: ºD) para que se desencadenen los sucesivos estadios fenológicos hasta llegar al momento clave de la floración que determina en gran medida el potencial productivo del frutal.
Las distintas especies y variedades difieren tanto en exigencias de frío durante el invierno, como en necesidades de calor en la época que antecede a la fase fenológica de floración. La cantidad de horas de frío acumuladas durante el período de endodormancia, puede ser cuantificada como la sumatoria de horas en que la temperatura del aire es menor o igual a 7ºC o a través del método de Utah (Richardson et al. 1974) en el cual se considera un rango diferencial de acumulación de frío de acuerdo a la temperatura media del aire (Tabla 1). El primer método es comúnmente usado en frutales de pepita y el segundo en frutales de carozo (Tabla 2 y 3). Localmente hemos estimado estadísticamente el requerimiento de frío para las especies y variedades de las cuales se tiene un registro fenológico de al menos 6 años. Dado que el inicio de caída de hojas se desencadena en el mes de mayo, consideramos como inicio del período de reposo el primero de mayo.

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